Soñadores que me siguen

jueves, 1 de enero de 2009

Salinger

A veces pensamos en desaparecer, en aislarnos de este mundo que cada día nos presenta un nuevo reto, una nueva guerra, una nueva historia.

Aquí tenemos al escritor de "Un guardián entre el centeno", un señor que decidió apartarse del mundanal mundo y aislarse en su casa para hacer lo que al parecer más le gusta en el mundo, escribir y meditar.

Hay que tener valor (y dinero) para hacer lo que el lleva a cabo desde mediados de los años 50, desaparecer.

Por lo que cuenta el artículo del periódico, este era un señor que tuvo una vida "movidita", entre la guerra, sus mujeres y su hija. Lo más seguro es que se cansara de tanto rollo, de tanta hipocresía y por eso tomo la desición de desaparecer. Aparte de que lo describen con un carácter bastante fuerte.

A mí también a veces me dan estas ganas, de desaparecer, pero lo que tengo claro es que cuando pueda invertir en alguna cosa lo haré en un pisito o casita en Ribes de Freser y allí me escapare y desapareceré a ser posible durante alguna que otra temporada (que serán días). Haber si este deseo se me cumple algún día...

2 comentarios:

  1. En alguna ocasión también he querido "desaparecer", léase:

    http://podi-podi.blogspot.com/2008/11/tintn-el-preferido-de-podi.html

    podi-.

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  2. Sí, yo también he pensado eso alguna vez pero... ¿Ribes de Freser? ¿No decías que estabas cansada de aquella zona, del coll de la guarra y del de tirapechos?

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