Soñadores que me siguen

miércoles, 31 de marzo de 2010

Gracias

Estava esperando que me llamara una tarde más para dar nuestro paseo diario.

- Te tengo que pedir un favor... ¿me puedes acompañar al psiquiatra de urgencias del Vallhebron?

- Claro!

Llevaba días que me había dado cuenta que en su cabeza había entrado de nuevo los malos pensamientos. Sus ausencias y silencios mientras paseábamos me lo confirmaban. Es curiosa esta terrible enfermedad, esta a la espera de un pequeño error para que esta se manifieste y se amplifique con pasos de gigantes.

Aquella tarde estaba eufórica, había hecho un descubrimiento dentro de su compleja cabeza y se lo quería contar a un psiquiatra para que este le diera la formula magistral para llevar mejor su enfermedad. Pero el psiquiatra no tenia esta genial formula que ella buscaba y a cambio le dijo que era mejor que se quedara allí, aislada del mundo para no poner más en peligro su vida y la del niño que llevaba dentro.

Entonces se hundió al ver que por mucho que quisiera y buscara formulas nuevas su odiada enfermedad no le dejaba ser un poquito más libre. Lloraba impotente ante la noticia inesperada.

- Aquí estarás mejor, miralo por el lado positivo, te quedan cuatro días para que llegue el peque y no tendrás que correr para llegar y tenerlo, tan solo te cambiaran de pasillo.

Mis palabras la fueron calmando junto a mi sonrisa de confianza que le decía que no pasaba nada, que no estaba sola y todo era para estar mejor.

Las horas pasaron largas mientras esperábamos que la subieran a la habitación, hablando de cuando nos conocimos, de lo que llevábamos vivido y de lo que nos quedaba por vivir... nos queda tanto por vivir... .

...

Sexta planta.

- ¿me dejaran escuchar música?¿me puedo quedar con el mp3?...

Su habitación, tras una puerta que estaba cerrada con llave y donde no le dejaban tener nada, ni su llamador de ángeles y que la había acompañado durante nueve meses.

-Por favor, espera fuera.- ante la puerta mientras se la llevaban hacia la que seria por unos días.

- ¿Podre entrar a despedirme de ella?

- Ya veremos, depende como se encuentre...

A los diez minutos me dejaron entrar.- rápido por favor...- me dijo una enfermera. Y cuando me vio se abrazo a mí y me dijo:- Gracias por se mi amiga, gracias.

....

Hoy esta un poco mejor, se siente más segura y los malos pensamientos se están yendo.

domingo, 14 de marzo de 2010

Angel

Esta...



o esta...



...tu eliges.

viernes, 12 de marzo de 2010

Slava Polunin

"¿Qué es un payaso?


¡Esa es una pregunta muy compleja! Es ser feliz; es ser un doctor, un lunático, un poeta, un anarquista...; es vivir la vida en su plenitud; es no hacer caso de las opiniones de los demás e intentar ser uno mismo; es amar la vida y a todas las personas.

Slava Polunin. Payaso"

viernes, 5 de marzo de 2010

Tarde de hinvierno

Era una tarde de invierno, junto al mar. Pese al sol, hacia un ligero vientecillo que hacia que mirásemos extrañados como se bañaba la gente en este.

Hemos charlado y me he quedado con la sensación que en el fondo no hemos arreglado nada, el hablaba del precio de las naranjas y yo estaba interesada por la exportación de plátanos, pero bueno, no importa por que ya habían pasado los días y el enfado iba a menos. De hecho ya no existía.


¿te volverás a hacer seguidora de mi blog?...(en el fondo ha sido lo que más nos ha dolido de esta absurda pelea, que nos agredieramos utilizando nuestros queridisimos blogs)... Yo entraba en él, aunque tu no lo supieras...

miércoles, 3 de marzo de 2010

Sensaciones

Sensaciones...

El lunes a las nueve de la mañana. Salgo del metro en la Plaça Catalunya... en las escaleras mecánicas miro hacia arriba y solo veo el cielo azul de Barcelona. Bajo la vista y ante mi las Ramblas y Barcelona. En ese momento me siento feliz de pertenecer a esta gran ciudad.

Esta tarde, saliendo nuevamente del metro, en Canyelles. La lluvia fría moja mi cara, la acaricia y me llega a la vez el aroma de los eucaliptos del parque...ummm.

Una tarde de hace unos años antes de entrar al trabajo. Bajo una parada del autobús más allá para dar un corto paseo y siento en mí cara el aire fresco de la primavera. Desde entonces siempre la espero después del invierno.

Hace unos años en un refugio de Francia, a mis pies un lago inmenso con el agua turquesa donde los pescadores echaban su caña y encendían una hoguera para calentanse y hacerse la cena. Me inunda un halo de tranquilidad y de triunfo al haber llegado después de algunos años a encontrarme en sintonía con las montañas que me rodean, me siento libre y feliz en ese momento.